Los mocovíes producen estas artesanías con barro cocido que extraen de sitios específicos a los cuales llegan luego de caminar varios kilómetros a través del monte.
Esta vasija fue realizada por una anciana de 85 años que aquella mañana en que recibió nuestra ayuda, había despertado pidiendo a su Dios que la socorriera, ya que no tenía absolutamente nada de qué alimentarse. Su vecina, una mujer embarazada, hacía 4 días que no comía. La llegada de Walter con las cajas de alimentos fue tomada como un milagro de la providencia.
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